Invítame a café y conviértete en mi mecenas particular :) Quiero ser tu mecenas
Capítulo 5: El bar Coyote (primera parte)
Me tiemblan las piernas. Me tiembla todo en realidad. Raúl me pasa el brazo por los hombros y me habla al oído.
-No muerden. Al menos, no siempre. Son chicas, como tú. Algunas con más experiencia que otras, es verdad, pero habláis el mismo lenguaje, sabéis que un no es un no, así que vamos a entrar ya.
-¿No podemos esperar un poco?
-Llevamos media hora aquí plantados y empiezo a tener frío. Me apetece una cerveza y la tía de la puerta nos está mirando raro.
Raúl tiene razón: tengo que salir del caparazón.
En la puerta, la chica de seguridad nos para.
-Él no puede pasar -dice señalando a Raúl.
-¿Qué? -digo aliviada. -¡Pues si él no entra, yo tampoco!
La chica se encoge de hombros, nos aparta educadamente con el brazo y deja pasar a otras chicas de la cola.
-Eso es discrminación -se envalentona Raúl.
La de la puerta le mira de soslayo y levanta una ceja.
-Vámonos, Raúl.
-No, espera -me frena y se dirige a la chica: -Disculpa. He sido un grosero -dice con un tono calmado y dulce. -Esta chica se llama Nico y es su primera vez en un bar de lesbianas. Está… descubriéndose a sí misma. Seguro que la entiendes. No es sencillo. Yo soy la única persona que lo sabe, su único apoyo y si no podemos entrar, el mundo lésbico se va a perder a una preciosa bollera divertida e inteligente que se meterá en su caparazón y no volverá a salir jamás.
La chica de la puerta me mira de arriba a abajo y yo le sonrío con timidez. Aprieta el morro y asiente con la cabeza. Parece que he superado su examen visual.
-Está bien, pero un sólo lío y te saco por las orejas.
-¡Muchas gracias! -grita Raúl dando saltitos y palmadas.
En estos momentos odio a Raúl y su poder de persuasión.
Entramos a la discoteca, es amplia con las paredes pintadas de azul, una cabina con una DJ de pelo corto y camiseta de tirantes y una larga barra con tres camareras. Raúl se lanza a ella.
-Dos cervezas, por favor.
Aunque el local está oscuro, o mejor dicho, premeditadamente mal iluminado, puedo echar un vistazo a la gente que hay dentro.
Como era de esperar, Raúl es el único chico del garito pero es más femenino que muchas de las presentes.
De entrada, se me han caído algunos prejuicios: las chicas son guapas, se ríen, bailan, hablan… Nada me hace sospechar que pueda ser un sitio raro o que me vayan a asaltar a las primeras de cambio al grito de «¡Carne fresca!». Respiro aliviada y le doy un trago largo a la cerveza.
-Esto está muy calmado. Se nota que la noche está empezando -apunta Raúl. -Claro, que en un bar gay ya habría unos cuantos comiéndose la boca. Tengo curiosidad por ir al baño…
-¡No vayas! Además, seguro que no hay para chicos.
-El baño es lo segundo que tienes que conocer al entrar en un bar: ubicación, higiene, amplitud… por si tienes que usarlo a lo largo de la noche.
-Raúl…
-No digo para follar, me refiero a si te entran ganas de hacer caca o de vomitar. Hay que tener en cuenta la logística.
Mientras Raúl me cuenta esto, veo que una chica se acerca hacia nosotros y ni corta ni perezosa se presenta.
-Hola, me llamo Sandra, ¿cómo te llamas? -me pregunta.
A pesar de que Raúl no para de darme codazos para que reaccione, estoy paralizada.
-Se llama Nico y aunque lo pueda parecer no es muda, ni sorda. Sólo un poco tímida.
-Vale -dice la chica muy sonriente y sin dejar de mirarme añade: -¿le dirás que venga a presentarse cuando esté más dispuesta?
Raúl asiente con una amplia sonrisa y la chica se marcha sin más.
-Bien, Nico, si la chica es buena, esperará paciente a que vayas a invitarle a una copa. Si es mala, de aquí a media hora todo el local pensará que eres corta, borde o ambas cosas y no querrán saber de ti y acabarás viviendo sola y rodeada de gatos.
-Le he gustado… -digo en un susurro.
Sigo en estado de shock porque he caído en la cuenta de que no sólo estoy oficialmente «en el mercado de croquetas*» sino que no debo ser mal producto.
Pánico.
Terror.
Infarto de miocardio.
Continuará…
TODOS LOS CAPÍTULOS
*El término croqueta lo leí por primera vez en +Hay una Lesbiana en mi Sopa y aprovecho la ocasión para preguntarles por su origen y si tiene que ver algo con lo que nos gusta rebozarnos XD
Jaja, pregúntale a Gafitas en Cuadrado Naranja, ella tiene la respuesta… ;OD
Hola, Bettie!
Lo de las croquetas para referirse a lesbiana es un término que empecé a leer a http://www.hayunalesbianaenmisopa.com. ¿Cuál es su origen? No lo sé XD
De hecho, voy a preguntarlo un día de estos… 🙂
¿"Mercado de croquetas"? XDDD Nunca había oído esa expresión XD