Mafin, fanfics y la cuarta pared

Yo salí del armario tarde y por eso me he perdido algunas cosas que otras mujeres lesbianas de mi edad sí vivieron, como el meterse en foros de Maca y Esther o escribir fanfics en Fotolog o alguna plataforma ya extinta. Vaya, que estaba muy perdida en lo referente a algunos códigos lésbicos, por así decirlo.

Por supuesto, si empecé tarde, más perdida andaba conforme avanzaban dichos códigos. Reflexiono sobre esto en una de mis últimas novelas, Una buena amiga, pero no estamos aquí para vender. Bueno sí, pero ahora no. Ahora toca reflexionar sobre fanfics y cultura lésbica.

Uno de esos códigos que me ha pillado mayor es el mundo fanfics.

Ahora empiezo a pillarles el truco y a saber por qué existe esa necesidad de tomar personajes creados por otros para escribir historias diferentes. 

Tomemos la pareja lésbica de moda: #Mafin, de Sueños de Libertad.

Ya (me) expliqué porqué nos gusta tanto un drama lésbico ambientado en épocas donde nuestro amor estaba prohibido. Ahora, a la reparación de los relojes, añado una capa más: la ruptura de la cuarta pared.

Rompiendo la cuarta pared

Marta y Fina no son, estrictamente hablando, personajes pensados para satisfacer al fandom lésbico. Sus historias responden a las necesidades de una telenovela, con sus propios ritmos y prioridades narrativas, no a la ficción lésbica en sí.

Y, sin embargo, para nosotras representan algo más. Algo que la serie no puede o no quiere explorar en su totalidad.

A veces nos pasa que no reconocemos a los personajes porque en ese momento están al servicio de la trama, no de su personaje.

Y esto nos genera frustración.

Con Sueños de libertad es especialmente sangrante porque empezaron la ficción definiendo muy bien a sus personajes. ¡Por eso nos engancharon!

Hay que tener en cuenta que los guionistas van a full en una diaria y no hay mucho espacio para la reflexión: son cortoplacistas y deben trabajar rápido dejando por el camino algunas buenas oportunidades para contar más cosas de los personajes.

Aquí es donde entran los fanfics: recogen toda esa frustración y crean algo nuevo para llenar los vacíos, reparar las injusticias y regalarnos las historias que desearíamos ver en pantalla.

La barrera invisible que separa a los personajes de su audiencia se diluye cuando el fandom toma las riendas de su historia y la lleva fuera del espacio acotado por el guión de la serie. Los fanfics de #Mafin expanden los límites de la historia oficial y nos permiten imaginar otras tramas posibles entre Fina y Marta.

Es como tener a las actrices a tu disposición, deseosas por seguir contando su historia de amor, acercándose a ti. Salen del camerino y se dirigen a ti, y te pregunta: «Venga, ¿qué quieres que cuente hoy?».

Yo misma he escrito fanfics (con Luimelia quise llenar el vacío de su primera relación sexual que, por razones obvias, no se mostró en la tele; con Dianhoa quise explorar las reticencias de Diana a la hora de mostrar su amor hacia Ainhoa en público; y con Barcedes te lo cuento más abajo) y si no sintiera cierto reparo por usar personajes creados por otras personas, escribiría más.

¿Te imaginas una comedia de enredos con ese supuesto matrimonio a 4 que vemos en el horizonte entre Marta y Pelayo, y Fina y Darío?

De personajes a avatares

Eso sí, reconozco que lo que aún me está costando entender es lo de llevar los personajes de Marta y Fina a otras historias que nada tienen que ver con el universo de Sueños de libertad. A estos fanfics se les llama AU. Son historias ambientadas en universos alternativos en los que los personajes viven en la actualidad o incluso en otra época, son abogadas, médicos o jugadoras de tenis y poco tienen que ver con la historia original donde nacieron, como si fueran meras cáscaras o avatares para cumplir nuestros fetiches.

Estuve muy obsesionada con Barcedes. Quería tanto a Mechita y Bárbara, la pareja lésbica de la telenovela chilena Perdona nuestros pecados, me urgía tanto un final feliz para ellas que escribí una manera de traerlas a la actualidad, donde su amor no sería (tan) castigado. Pero no me salía inventarme un contexto nuevo para ellas, saltarme su contexto y ponerlas en otro espacio y lugar, tenía que hacerlo desde su contexto original. Y no se me ocurrió mejor manera que inventarme un viaje en el tiempo. Usé el combo de temporalidad queer y ruptura de la cuarta pared 😁

¿Dónde está el límite entre una historia inspirada en los personajes y otra totalmente alejada de su contexto? Quiero decir, lo que nos gusta de Fina es su seguridad en sí misma y en su sexualidad en un momento de libertades cercenadas; de Marta todo el viaje que está haciendo desde su posición privilegiada (por venir de familia bien), pero no tanto (por ser mujer en el Franquismo). Si las sacamos de ahí, ¿no le estamos quitando parte de su personalidad, de eso que nos ha enamorado de ellas?

Este post está basado en una carta que envié hace unas semanas a las personas que están suscritas a mi lista de correo. Gracias a ellas, a quienes me respondieron, di en el clavo, o al menos en uno de ellos, y entendí por qué al fandom le gustan tanto los AUs, pese a sacar a los personajes del contexto que nos enamoró.

También me dieron una lista de un puñado de buenos AU basados en #Mafin 😃

Pero eso ya lo dejamos para otro post, que va a empezar la novelita.

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