Algo muy nuestro

En estas dos semanas que he estado de vacaciones me han pasado dos cosas que me han hecho pensar y replantearme algunas decisiones de mi carrera literaria más próxima.

Por un lado, me alertaron de que mis novelas están publicadas en un canal de Telegram disponibles para descarga. Buscas mi nombre, te enlaza las novelas, seleccionas la que quieres y te la descargas. Sin esperas, ni publis, ni spam, ni enlaces a páginas porno. Experiencia de usuario de 10, oye.

Me puse muy triste, la verdad, porque descubrí que el catálogo entero lo habían sacado de Amazon y esto suponía que Amazon ya no es un espacio seguro para nosotras. Y Amazon puede tener muchas cosas malas, para empezar su dueño, pero sin Amazon muchas de nosotras no hubiéramos podido publicar nuestras historias y demostrar que había mercado en la literatura lésbica.

Por otro lado, recibí una carta de una lectora con un feedback maravilloso. Se había leído Mi mentira más sincera y le había encantado. Me dijo: «a veces me preguntaba, con lo poco que sé de Irún, me da la sensación de que Lorena tiene cosas tuyas».

Es cierto, Lorena tiene mucho de mí, pero no te sabría decir qué exactamente. No es nada concreto y a la vez es todo. Es muy diferente a mí y a la vez es un calco.

El comentario hizo que se me encendiera una bombilla. Ese «es muy tú» es el Santo Grial de lo que hago. Sobre todo ahora que las IAs pueden escribir una novela en el tiempo que yo necesito para levantarme, quitarme las legañas y hacerme el primer café de la mañana.

Además me dijo una cosa que me encantó. Me dijo: «Esa oración de “se quedó mudo mientras calculaba la hipotenusa de nuestro triángulo” te quedó de show… es de las oraciones que me da la impresión que son muy tuyas».

Este tipo de feedbacks son como agua de mayo, especialmente en estos momentos de desánimo en los que vivimos. Ciertamente son oraciones difíciles de sacar, pero si cuando las escribo pienso: «vale, esto no sé si es muy bueno o una tremenda mamarrachez» sé que esa frase es muy mía.

Y esto me devolvió un poco de fe en la humanidad.

Mis personajes llevan trocitos de mis paranoias, mis chistes tontos y mis ilusiones. Ninguna experiencia es única y las mías conectan directamente con las tuyas. Escribo novela lésbica y esta etiqueta es un espacio de resistencia donde la representación es un espejo delicado. No se trata solo de colocar a dos mujeres en una trama romántica. Se trata de bordar con hilos de amor y dolor la tela de nuestra memoria colectiva1: ese escalofrío al cruzar miradas en el metro, el peso gélido del silencio familiar, el vértigo de reconocerse por fin frente a un espejo que durante años reflejó un fantasma, es el corazón acelerado cuando dices «soy lesbiana» y te tiembla todo el cuerpo.

¿Puede una IA sentir eso?

Respuesta corta: ni de coña.

Respuesta larga: Sí, puede llegar a hacerlo, ¿pero de verdad queremos? ¿De verdad queremos que nuestra historia, nuestra literatura, nuestro hilo que teje nuestra experiencia y que nos une generación tras generación sea escrito (¿cosido?) por una IA, a.k.a. una combinación de palabras más o menos coherente robadas de millones de palabras de autoras reales? Porque eso es lo que hace una IA: engullen bibliotecas enteras y escupen novelas con una eficacia aterradora.

¿Cómo lo hacen? Pues te explico: ese mismo bot que recorre Amazon para descargarse sus novelas y ponerlas a tu disposición en ese canal de Telegram es el mismo (o muy parecido) al que usan las big corps para alimentar a sus IAs para que estos autores fake escriban sus historias y las publiquen en Amazon para que de nuevo pase el bot y se repita la operación ad nauseaum, esto es, hasta que no quede nadie real escribiendo novelas de ficción y sólo quede bazofIA2.

He visto perecer a muy buenas escritoras ahogadas en este ritmo de publicación: Emma Mars, Clara A. García, Marta Catalá, Miriam Beizana…

Pronto lo haremos otras que todavía resistimos no sé muy bien cómo ni por qué: Mónica Benítez, Clara Simons, Verónica Espinosa, Betty Carrillo, Eva Gonzay…

Cuando no quedemos ninguna de nosotras, cuando todas las novelas que leas te resulten insustanciales, planas y «no te digan nada» no podrás decir que no te lo advertí.

Hemos normalizado que haya gran oferta de literatura lésbica, pero hasta hace 10 años que publiqué Nico, por favor, no era normal. «No había mercado», decían. Ahora la oferta abruma y al mercado han entrado los autores fantasma a sacar tajada.

En esta era donde la IA lo amenaza todo tal y como lo conocemos, esa conexión entre escritora y lectora es un territorio sagrado, una geografía íntima que ninguna inteligencia artificial puede cartografiar ni debería conquistar.

En géneros como la novela lésbica, consumir obras IA perpetúa:

  • Falsas representaciones que desdibujan nuestras luchas reales.
  • Colonialismo emocional: máquinas monetizando nuestra identidad sin vivirla.
  • Erosión de espacios seguros: donde las escritoras LGBTQ+ contamos nuestras propias historias.

Por si te ayuda, te doy tres ideas para aprender a detectar si una novela está escrita con IA. No son infalibles, pero te pueden servir si quieres evitarlas:

  1. Portada hecha con IA. Cada vez son más logradas, pero los ojos no mienten (son el espejo del alma y las IAs ¡no tienen!). Los personajes bizquean o sus miradas no coinciden.
  2. Escritura sin alma. Esto es quizá lo más difícil de detectar porque venimos de un periodo en el que el estilo más popular es ese «fácil de leer». Las IAs carecen de sentidos que son una de nuestra conexión con la realidad. Las IAs no huelen, no tocan, no saborean.
  3. Repeticiones de palabras y patrones. Quizá lo más fácil de detectar. Las autoras no estamos exentas de coletillas y vicios, pero las IAs definitivamente nos ganan por goleada.
  4. Lo lees y te quedas igual. Si no te provoca nada cuando lees la historia, probablmente estés leyendo algo hecho con Inteligencia Artificial. Los textos generados por IA carecen de la profundidad de la emoción humana, las anécdotas personales, la perspicacia o la creatividad humanas. Las experiencias y emociones humanas todavía son un reto para que la IA las replique de manera convincente.
  5. Autor sin redes sociales ni web. La más delatora. Con lo bonito que es que te escriban al terminar una novela… Y por supuesto, el poder escribirle a la autora y decirles cosas como las que me dijo esta lectora y crear esa conexión que es sencillamente, algo muy nuestro.

  1. ¿Es brillante o una mamarachez? ↩︎
  2. BazofIA o slop son términos usados para definir al contenido de IA de mala calidad o no deseado en las redes sociales, el arte, los libros y, cada vez más, en los resultados de búsqueda. Wikipedia ↩︎

2 comentarios

  1. Irun, agradezco enormemente esta publicación. Es algo que todas sabemos pero no nos atrevemos a comentar por miedo a «hate» que pueda generar entre compañeras, porque si sabemos que muchos nombres reconocidos lo hacen. Te agradezco también y humildemente que me menciones. Es algo que valoro pq significa que ciertamente se nota la ausencia del IA en mis libros y sabes cuánto cuesta crear una historia de la nada. Ojalá y todavía queden buenos lectores que exijan calidad en lugar de cantidad.
    Un abrazo, Betty

    • Hola, Betty! Creo que debemos temer más a la mala fama para todo el género de novela lésbica que pueden ocasiones estas autoras que usan IA más que al «hate» que podamos generar. No tenía ningún nombre en mente porque hace tiempo que perdí la pista de todas las autoras nuevas que han salido. Otro tema son las traducciones de autoras inglesas hechas con IA… Un abrazo y seguimos en la lucha!

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