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10 curiosidades de «Mi mentira más sincera»
Mi séptima novela está cargada de cositas. Conexiones reguleras con hermanos, relaciones tirantes con los padres, estatuas que empatizan, amantes tartamudas y restos arqueológicos por descubrir, entre otras cosas.
El viaje de Lorena ha sido largo, lleno de altos y bajos, con una pandemia agotadora que ha acabado con mi paciencia y casi con mi salud mental.
«Mi mentira más sincera» es mi novela más completa. Atendiendo a vuestras peticiones, pero sin dejar de lado mi estilo y mis temas.
Se trata de una novela contemporánea que reflexiona sobre el destino, el poder de los algoritmos y la importancia de relatarnos nuestra propia existencia.
- No es una novela romántica, pero hay amor.
- No es una comedia, pero te reirás.
- No es un drama, pero te dará alguna punzadita al corazón.
Aquí os cuento 10 curiosidades sobre «Mi mentira más sincera»:
1. Esta novela lésbica está ambientada en Zaragoza
Me apetecía poner mi ciudad en el mapa de la literatura lésbica.
Si crees que por eso no he tenido que hacer worldbuilding estás un poco equivocada. El reto era explicar Zaragoza de manera que no quedara redundante al interlocutor de Lorena (que conoce la ciudad), pero que la lectora lo entendiera perfectamente.
Además, quería captar el espíritu de Zaragoza sin 1. darnos de latigazos y 2. no ser ñoña.
2. Inspiración
Ten cuidado si conversas con una escritora: cualquier cosa que digas puede ser usado en una novela. Así fue en este caso. Una conversación banal en el comedor de mi empresa sobre algoritmos, derechos y permisos hizo clic en mi cabeza y, desde entonces (la conversación tuvo lugar hace unos tres años), la historia fue creciendo en mi cabeza.
Desde entonces, ha sufrido miles de mutaciones, giros, personajes que entran y salen, cambios de escenarios, etc. hasta convertirse en la historia que es hoy.
3. Lorena no está sola
Como viene siendo habitual en mis novelas, en «Mi mentira más sincera» Lorena no está sola; le acompañan, para bien o para mal:
- sus hermanos Elvira y Carlos, con sus movidas propias
- sus amigos, especialmente Gabi, una contable con escrúpulos y un hijo
- sus ex
- sus padres, con sus vestigios del bando ganador
- su gata Liz, atigrada y un poco fura
- y, por supuesto, Ioana
4. Se me hizo bola y quise abandonarla
Quería contar tantas cosas que se me amontonaban. La novela se me hizo bola y le cogí tirria. Estuve a punto de dejarla aparcada. Pero ya había dejado a la mitad un par de novelas y no quería una tercera (no en vano, esta es la novela de las terceras oportunidades), y, como buena maña que soy tiré de cabezonería y la terminé. De cabezonería y de papel y boli. Cuando me atascaba, dejaba el teclado y me ponía en analógico. De ahí que escribiera tantas notas en mi libreta.
5. Ioana y Lorena, unas rebeldes
Pese a que lo tenía todo atado antes de comenzar la novela, sus protagonistas cobraron vida propia y jugaron conmigo. Las seguí porque sabía que sabían lo que hacían y creo que la novela es mejor gracias a ellas.
Sí, ya sé que hablar de que los personajes tienen vida propia y se rebelan contra el autor queda un poco entre pedante y místico, pero fue así. Lo juro.
6. Un pueblo sin nombre
El pueblo de Lorena, donde transcurre una parte de la novela no tiene nombre porque está inspirado en varios pueblos de la ribera maña del Ebro, incluido el mío, por supuesto.
Lo que tienen estos pueblos en común, además de las fiestas, algunas tradiciones y personajes típicos, es su proximidad al río. Todos tenemos algún recuerdo ligado al Ebro. Lorena no será menos.
7. Una novela alter-pandémica
«Mi mentira más sincera» transcurre en una realidad alternativa en la que no hay virus. No es ni prepandémica ni postpandémica, sino «alterpandémica». O simplemente ambientada en la antigua normalidad.
No obstante, hay algún guiño a esta situación que nos ha marcado a todas.
8. Cameo de un personaje anterior
En «Mi mentira más sincera» tenemos un cameo. Se trata de Bego, la pareja de Mar en «Sea». Juega un papel muy importante y, aunque no te queda claro si es buena o mala, sí que conocerás sus apellidos, esos que es imposible que quepan en el DNI.
9. Escrita en un sofá
Fui escribiendo esta novela por las tardes, muchas veces, mientras mi novia veía «Sálvame».
Afortunadamente , tengo un sitio en casa para trabajar con el ordenador, con su mesa, su segundo monitor y su teclado, mecánico y ruidoso. Pero al acabar la jornada laboral (todo un año teletrabajando) acababa harta de ese despacho y no me inspiraba nada para escribir. Así que me llevaba el portátil al salón, me sentaba en el sofá a lo indio y me colocaba el portátil encima. Alguna vez he acabado con marcas rojas en los muslos…
10. ¿Destino o casualidad?
Para mí, escribir es buscar respuestas. Inicié esta novela para desentrañar si creía en el destino o era de las que piensan que las casualidades son eso, casualidades.
He terminado la novela y aun no sé qué es lo que opino.
¿Tendré que escribir otra?
Si por favor sigue escribiendo, es un placer leerte….. Gracias
Gracias, Paz!