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Resumen NaNoWriMo 2018
Os resumo el post por si tenéis poco tiempo: mi paso por el NaNoWriMo 2018 ha sido un relativo fracaso.
Me había propuesto escribir tres relatos cortos, un relato más largo y redactar el flujo de trabajo que hago para escribir, desde el planteamiento de la idea, diseño de personajes y estructura, redacción, corrección, maquetación y, finalmente, promoción.
Al final me he quedado en dos relatos (uno con chicha, el otro basura) y un relato largo inacabado que va camino de novela corta.
Fue el relato basura el que me cortó el ritmo. No logré conectar con las protagonistas como esperaba (y necesitaba) y al final se convirtió en un lastre porque era incapaz de dejar la historia abandonada.
El otro error fue contar como días hábiles los fines de semana. El primer finde logré mantener el ritmo y sacar las palabras diarias, pero el resto del mes me resultó imposible continuar el buen ritmo de entre semana los sábados y domingos (incluso fallé algún viernes).
Tampoco me arrepiento. Hice una actividad muy chula con mi sobrino, he ido a dos conciertos (Carmen Boza y Jarabe de Palo) y un cine (Bohemian Rapsody); he visto una serie (Arde Madrid!) y he leído un libro (La librería del señor Livingston –hacía tiempo que no me leía un libro en un mes); he tomado cafés con mi nonagenario abuelo y he pasado tiempo con mi familia y mi novia. Vamos, que ha sido un mes completito.
Aun así he alcanzado las 40.000 palabras.
Y lo mejor: el relato-largo-que-luego-fue-novela-corta va por buen camino y espero acabar de escribirlo para el puente de diciembre.
Lo más curioso de esta historia son tres cosas: una, que va de zombis; y dos, que empatizo más con el personaje masculino que con el femenino. La tercera es que tenía toda la historia atada antes de ponerme a escribir. Estaba dispuesta a ser una escritora mapa, disciplinada, cero bloqueos, etc. Pero no fue así. Surgieron nuevas historias, personajes y escenas con las que no había contado. La historia estaba desbocada y yo no tenía ninguna intención de coger las riendas. De ahí que el relato haya tomado cariz de novela corta.
Ya en enero sacaré la tijeras y quizá vuelve a ser un relato.